Tribeca Bistró

¿Que los paladares del equipo confidential están más curtidos en sabores que un mercado de especias? Lo están. ¿Que muy pocos locales nos hacen levantar la ceja? Poquísimos. Pero Tribeca Bistró lo hace.

En cuanto abrió, allí nos plantamos fast and furious bajo el halo del anonimato, para contártelo en primicia. Lo que vimos: un local bonito, estilo bistró francés (obvio), pero con un puntito moderno. Lo que comimos: platos sabrosos y contundentes. Porque de aquí no te vas con hambre: buñuelos de queso (deliciosos, nos habríamos pedido una fuente entera), tostada de tartar de gamba (riquísima), tatín de chalota francesa (espectacular), puerros en vinagreta con romescu y almendras tostadas (se derriten en la boca) y cordero con guarnición de puré de patatas que te vienen a preparar en la mesa (a las patatas, las llaman "parmentier" porque, como buenos franceses, a todo le tienen que poner un nombre oñoñon. Pero es un puré; increíblemente cremoso, eso sí).

Deja un poco de espacio para el postre, porque te vas a pedir al menos estos tres: el baba al ron, una especie de bizcochito empapado que mmmm, la mousse de chocolate con aceite de oliva y sal y la tarta de manzana (espesa, con sus ocho centímetros de manzana confitada y su heladito). ¡Buah!

Lo que nos llevamos: el pantalón sin abrochar. 

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¿Amigos difícilmente impresionables? Vuestra próxima comida es aquí.